Cambios en la educación agrícola en curso y perspectivas

Resumen

El papel del sector agropecuario está experimentando profundos cambios, que se enfatizarán en el futuro próximo como consecuencia de las transformaciones del entorno demográfico, político, tecnológico y comercial, que están ocurriendo en los países de América Latina y el Caribe y en el resto del mundo. Esa realidad, configura un nuevo escenario para el sector rural de fines de siglo y de los años dos mil, que se enmarcará en una reducción de su influencia política y en un mayor entrelazamiento de la producción agropecuaria con los grandes núcleos urbanos, cuyos consumidores contribuirán a hacer las decisiones sobre cómo, qué, cuándo y dónde producir, restando margen decisorio a productores y empresarios del sector. Por otra parte, la nueva situación se verá matizada por las actuales tendencias conceptuales y operativas que están comenzando a orientar el quehacer público y privado referido a la modernización del sector agropecuario, en particular, el triángulo de las tendencias y desafíos representados por la competitividad, la sostenibilidad y la equidad. Estas tendencias, desafíos y cambios, además de los componentes políticos, socioculturales, económicos, tecnológicos y educacionales de los nuevos escenarios previsibles, deberán considerarse cuando se trate de configurar el currículum para la formación de profesionales agrícolas. En este marco, el nuevo profesional del sector deberá tener una formación transdiciplinaria, que le permita trabajar al nivel de la mediana y gran empresa, lo mismo que servir a los pequeños agricultores que pretendan incorporarse a la economía empresarial. Tres núcleos temáticos centrales deberá tomar en cuenta todo plan de estudios para la formación de profesionales del agro, uno relacionado a lo tecnológico, otro referido a los problemas de gestión, y un tercero que considere la comunicación para transferir conocimientos. Por último, la formación de los futuros profesionales debe contribuir a desarrollar actitudes funcionales a los nuevos escenarios, entre ellas, la apertura mental al mercado, como base para tomar decisiones; la flexibilidad para adecuarse a los cambios; y la tendencia a la formación y el aprendizaje permanente.

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